El pasado 20 de diciembre se cerró el pacto migratorio de la Unión Europea, un acuerdo que ha generado mucha controversia y que afecta directamente a las personas migrantes que buscan protección internacional o una vida mejor en Europa. Desde SenValos, la ONGD que trabaja por la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas, así como en la cooperación al desarrollo, queremos analizar las principales conclusiones de este pacto y sus implicaciones para las personas migrantes.
El pacto migratorio de la UE se basa en tres pilares: procedimientos más eficaces, solidaridad efectiva y asociaciones internacionales. Según la Comisión Europea, el objetivo es ofrecer seguridad, claridad y condiciones dignas a las personas que llegan a la UE, así como generar confianza entre los Estados miembros y garantizar el respeto a los valores y al Derecho internacional.
Sin embargo, desde SenValos y otras organizaciones de la sociedad civil, consideramos que el pacto migratorio tiene graves deficiencias y riesgos que pueden vulnerar los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Algunos de los aspectos más preocupantes son:
- El nuevo control obligatorio previo a la entrada, que consiste en una evaluación rápida de la condición de las personas que llegan a las fronteras exteriores de la UE. Este control puede derivar en una selección arbitraria y discriminatoria de las personas migrantes, así como en una vulneración del derecho al asilo y a la no devolución.
- El nuevo procedimiento fronterizo de asilo más rápido, que puede implicar una reducción de las garantías procesales y jurídicas para las personas solicitantes de protección internacional. Además, este procedimiento puede estar seguido de un procedimiento de retorno rápido, que puede conllevar una expulsión forzosa sin una evaluación individualizada ni un recurso efectivo.
- La reforma del Código de Fronteras Schengen y la introducción de una nueva Estrategia sobre el Futuro de Schengen, que pueden suponer un endurecimiento del control fronterizo y una restricción de la libre circulación dentro del espacio Schengen. Esto puede afectar negativamente a las personas migrantes que ya se encuentran en territorio europeo o que quieren acceder a él por motivos familiares, laborales o educativos.
- La mejora de los procedimientos de reubicación de los grupos vulnerables y las personas rescatadas en el mar, que puede ser insuficiente para garantizar una distribución equitativa y solidaria de la responsabilidad entre los Estados miembros. Además, el pacto migratorio introduce la posibilidad de que los Estados miembros rechacen acoger a personas migrantes a cambio de una multa de 20.000 euros por persona. Esto puede fomentar una lógica mercantilista y deshumanizadora de la gestión migratoria.
- El aumento del apoyo a la cooperación entre Estados miembros y terceros países, que puede implicar una externalización de la responsabilidad y una delegación en países que no garantizan el respeto a los derechos humanos ni las condiciones adecuadas para las personas migrantes y refugiadas. Esto puede favorecer la creación de campos de detención o zonas grises donde se vulneran sistemáticamente los derechos fundamentales.
Desde SenValos creemos que el pacto migratorio de la UE es un paso atrás en la construcción de una política común de asilo basada en el respeto a los derechos humanos, la solidaridad y la inclusión. Por eso, exigimos a las instituciones europeas y a los Estados miembros que revisen este acuerdo y lo adapten a los principios y valores que defienden como Unión Europea. Asimismo, pedimos a la ciudadanía europea que se informe sobre esta cuestión, que afecta no solo a las personas migrantes sino también al futuro de Europa como espacio democrático y diverso.